
Desde hace cuatro años he participado en la transformación de Villa Josie, la casa manchega del estilista y comunicador español Josie. Más que una intervención puntual, ha sido un proyecto artístico global, tejido poco a poco a través de distintas disciplinas y colaboradores pero con una misma filosofía: procesos lentos, materiales auténticos y técnicas históricas reinterpretadas en clave contemporánea.
El techo del salón principal se ha convertido en el corazón de mi intervención. Allí he comenzado a pintar una obra alegórica que aborda la relación entre el tiempo cuantitativo (cronos) y el tiempo cualitativo (kairós), la creación artística y el esfuerzo del trabajo. Un juego de dualidades que no se oponen, sino que se complementan para hablar de eternidad y trascendencia. En la composición conviven elementos inspirados en la tierra manchega con figuras míticas como las esfinges, símbolos de sabiduría, misterio y transformación personal. Toda la obra está realizada con pigmentos preparados artesanalmente y procedimientos históricos desarrollados en mi taller, lo que le confiere una materialidad única y un profundo vínculo con la arquitectura.
A este eje central se suman piezas cerámicas creadas específicamente para la casa: la vajilla Ferroniere, en blanco y azul cobalto, pintada y torneada a mano con esmaltes propios, y tres surtidores de terracota inspirados en balustres renacentistas que acompañan con su sonido el agua de la alberca del patio. La intervención se extiende también al mobiliario, que he restaurado y decorado con rojos antiguos y motivos florales al temple, inspirados en la cerámica valenciana del siglo XVIII, enriquecidos con pan de oro.
Trabajar en Villa Josie ha supuesto, además, trasladar mi propio taller a la casa y convivir con la obra durante semanas, creando in situ. Una experiencia que convirtió cada rincón en un espacio de experimentación y diálogo constante entre pasado y presente.
Lo más importante es que Villa Josie no es un proyecto cerrado, sino un trabajo en evolución, vivo y abierto, que seguirá creciendo con nuevas fases y propuestas, siempre bajo la misma premisa: dar al arte el tiempo y el lugar que merece, para que una casa se convierta en un universo con alma.
